¡Por fin de vacaciones!
Último día de actividades en la Universidad Galileo Xela, allí ando trabajando en nuestra improvisada venta de nachos, todo salió genial por fortuna. Nos la pasamos bien vendiendo. |
Terminamos hoy, el ciclo académico en la universidad con buen sabor de boca. Terminamos sabiendo que nuestro trabajo no fue en vano y será recompensado. Terminamos llevándonos problemas que, en ésta universidad no son pocos. Terminamos, terminamos, terminamos. Sinceramente creo que éste ha sido uno de los mejores “fines de año” de toda mi vida, a pesar de los infaltables problemas, siento que mi alma está más llena que otras veces, está más tibia, más humana. Siempre (o casi siempre) el final del ciclo es un amargo: “nadie se acuerda de nadie”, de manera que, el último día es estrechar una mano con cuatro dedos. Pero este sábado fue diferente, a sugerencia de una muy buena amiga, salimos (sólo trés de nosotros, pero al menos salimos) a dar una vuelta por el centro histórico, comer en un restaurante francés, beber café desde el balcón del Enriques, platicar, reír un poco. Todas experiencias agradables que llenaron mi noche con sabrosas historias de travesuras de la infancia, amores y desamores o comentarios sobre las curiosidades que brotan de la variada fauna que recorre el centro histórico los sábados por la noche. Tenía ya, algún tiempo de no salir a divertirme. Honestamente, en ocasiones lamento que mi vida gire al rededor del trabajo y el estudio, por eso salir con amigos siempre me sabe bastante bien, no siempre los paseos son perfectos, lo admito, pero compartir un buen rato en buena compañía es para mí, una de las más agradables experiencias de vivir en Xela.
Confiésoles que, imaginaba el último sábado un poco más melancólico y triste, imaginaba un sábado como muchos otros. Por fortuna no fue así, aunque algunos planes que tenía los vi truncados, pero ya habrá otra ocasión para realizarlos (o al menos eso espero). Por lo demás llego a mi casa contento, con ganas de pasármela bien estos últimos días del delicioso noviembre, sacarle lo mejor al genial diciembre. Me animan algunos viejos recuerdos, pienso, quizá vaya a volar barrilete, ande en bicicleta por el parquecito de mi colonia o escriba/lea al aire libre. Hay tanto y tan poco tiempo, pero no quiero amargarme las vacaciones pensando en todo lo que hay qué hacer. esta vez, dejaré que las cosas fluyan según su curso natural, disfrutemos del paisaje, no intentemos domesticarlo, de cualquier modo siempre acabaremos perdiendo.
Por cierto:Hoy fui parte de una fotografía sin querer.
Seguramente aparecerá en facebook, twitter o qué sé yo.
Algún anónimo documenta mi vida inconscientemente.
Es, el documental más espontaneo posible y por tanto el más honesto.
Vivimos como pláticas de otras vidas,
como fotos olvidadas
o como el tráfico que pasa glutinoso
por las calles del centro,
así vivimos.