Diseño ignodependiente

Hoy en día es muy común para los diseñadores gráficos trabajar de manera independiente. Que un diseñador gráfico deba trabajar como freelancer o como empleado es debatido por muchas personas. Algunos argumentan que trabajar de manera independiente y cobrar poco es parte del oficio del diseñador, es mejor ganar poco que no tener ningún ingreso durante el mes, otros mencionan que es más conveniente trabajar para una empresa y despreocuparse. Mi postura es que cada quien tiene el derecho de trabajar de la manera que mejor le parezca, la decisión recae en el propio diseñador gráfico. No obstante, primero debe reparar cuidadosamente todas las variables y problemas que deberá enfrentar en su ejercicio profesional. Además, considero conveniente que un diseñador sepa con certeza cómo cobrar por su trabajo y de qué elementos de juicio puede echar mano.

Uno de los grandes problemas que el diseñador gráfico independiente enfrenta es cobrar dignamente por lo que hace. Muchos diseñadores no saben cómo establecer un precio de venta basado en el precio costo. Desconocen qué son los costos fijos, los costos variables, la depreciación, los regímenes tributarios, los márgenes de utilidad. Pocas veces se dan a la tarea de aprender sobre temas financieros. En ocasiones este desconocimiento es motivado por la idea errónea de que el diseñador gráfico debe huir de los números, la matemática, las finanzas, o sencillamente a ser curioso, indagar y aprender. Este temor se materializa en una incapacidad para analizar la rentabilidad de su trabajo, de realizar proyecciones y formular estrategias. Peor aún, muchos diseñadores gráficos carecen de una adecuada formación profesional, no poseen herramientas y competencias relacionadas con la administración, gestión del riesgo o gestión de proyectos. Esto provoca que muchos diseñadores denigren su trabajo y consideren que, aunque se gane poco, más vale ganar algo. Sin embargo, a menudo estos proyectos generan más pérdidas que ganancias al diseñador, no solo individualmente sino como gremio. La ignorancia se aparea con la dinámica de mercado para dar origen al trabajo indigno.

Asimismo, en Guatemala el gremio de diseñadores gráficos se encuentra subdesarrollado y desorganizado. Por ejemplo: no existe un colegio profesional de diseñadores gráficos o una gremial de diseñadores gráficos. Hay pocos mecanismos legales que permitan legitimar y regular el oficio. Esta falta de regulación provoca que la competencia desleal prolifere y cualquiera pueda ser diseñador, es decir, cualquiera que sepa usar una computadora y photoshop puede quitarle el trabajo a un licenciado. Un buen punto de partida pueden ser mecanismos sencillos como los timbres o sellos del tipo utilizado por los ingenieros, abogados o arquitectos. De manera que, para validar un trabajo de diseño: un logotipo, un afiche o cualquier otra aplicación, antes de publicarse deberá ser sellado y firmado por un profesional del diseño. De lo contrario publicar dicho material sin aprobación conllevará penas legales, carecerá de validez para presentarse ante el registro de propiedad intelectual o no podrá ser difundido en medios de comunicación. Otra medida para regular el oficio debería contemplar sancionar a empresas que contraten a diseñadores que no estén agremiados. Por una parte la empresa garantiza la contratación de un profesional colegiado y por otra parte, todo aquel que desee ejercer el diseño deberá registrarse dentro del colegio profesional o de la gremial para poder desarrollar el oficio. Por otra parte, la gremial de diseñadores también puede velar por los derechos de los socios, se pueden crear programas de apoyo a los agremiados como seguros de vida, sindicatos de diseñadores en las empresas o programas de capacitación profesional.

Si bien, trabajar para una empresa puede ser más cómodo, muchos diseñadores desconocen cuáles son sus derechos y responsabilidades laborales. Muchos ni siquiera saben cuáles son sus derechos constitucionales o cómo se aplica el código de trabajo dentro de la empresa donde laboran. Cuando los empleados no conocen sus derechos son más vulnerables a abusos de parte de sus patronos. La ignorancia del freelancer es heredada por el empleado en relación de dependencia. Por momentos el escenario está totalmente en contra del diseñador, pareciera que el diseñador ideal es aquel que se mantiene pobre e ignorante. Es un hecho que todos los diseñadores gráficos trabajan por necesidad, no obstante la vida de un diseñador freelancer o empleado no es únicamente diseñar. Un freelancer es, en cierto modo, una microempresa. Como tal, debe estar consciente acerca de todos los riesgos y ventajas de ser microempresario. Del mismo modo, un diseñador que trabaja para una empresa debe conocer sus derechos y obligaciones, de manera que esté empoderado para asumir su trabajo como uno digno.

Para el diseñador freelancer o para el diseñador que trabaja en relación de dependencia es de importancia capital educarse en todo lo relacionado con la administración, las finanzas y la legislación. Debe considerar lo que se ha expuesto anteriormente y también toda circunstancia única a su situación, de manera que cuente con suficientes elementos de juicio para decidir si le conviene o no realizar un trabajo de diseño y cuánto deberá cobrar por lo que haga. Considero que, aunque el oficio del diseñador enfrenta y enfrentará muchos obstáculos, ninguno de estos es insalvable. Muchos diseñadores trabajan y administran muy bien su ejercicio profesional. Es necesario revalorizar la importancia del trabajo cooperativo, de las gremiales y de la asociación en beneficio de los profesionales. En conclusión, un diseñador tiene derecho a trabajar como desee y donde desee. Los diseñadores son los únicos que pueden decidir sobre su destino.

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