Pela
Si usted nunca ha hablado mal de otras personas, pues debería empezar ahora mismo. Pelar es en serio liberador o ¿por qué cree que muchísima gente le tiró mierda a Baldizón y compañía en las pasadas elecciones? Simple, porque tirarle mierda a la gente se siente bien, además de favorecer la carcajada y la reducción del acné. Seguramente habrá más de un astuto diciendo —Qué chafa sos, hablando de las elecciones en enero, andate a la verga— Pues bien, me voy mucho a la verga y de vuelta confirmo lo que deseo plantear. El guatemalteco y muy probablemente el ciudadano mundial (world citizen pues) tiende a criticar a sus congéneres de maneras diversas y divertidas. De allí se desprenden los apodos, las bromas y demás graciosidades que las personas se inventan para pasar el tiempo placenteramente. Es un hecho que la crítica (léase en buen chapín «la peladera») es materia para horas de plática entre mucos y caqueros, por ende mi premisa es que: Pelar es más común que comer tortilla con chile.
Existen varias clases de peladores, por ejemplo: los que pelan como medio de conversación sofisticado, como las patojas de las universidades que critican a las viejas catedráticas por parecer costales pintarrajeados con pintura de aceite y por eso se creen superiores, bonitas, Etc. También están los que pelan por convivencia sana y armoniosa, se quejan por los defectos físicos-mentales de los prójimos; como el caso de un famoso comediante cristiano que hace chistes muy buenos sin decir malas palabras. Pues qué grandísimo hueco. ¿O me lo van a negar? También están los que pelan más elegantemente en forma de columnas de opinión o entradas en blogs, se la llevan de intelectuales, escritores, periodistas, charlatanes, aspirantes a blogueros (¡ay juéputa! eso me incluye, pero pela).
Recuerdo que una vez, por hablar mal (o escribir) sobre la muchacha que me gustaba me metí en un tremendo problema cuando ella descubrió la ya desaparecida entrada que había publicado en éste blog. Entrada que por supuesto muchos elogiaron como una brillante narración de acontecimientos de mi vida amorosa con pinceladas de entrometimientos en otras vidas amorosas que no eran clavo mío pero que estaban allí para darle buen sabor al chisme. Meses después ésta chica creo un blog donde le tiraba mierda a los políticos de turno el año pasado, personajes idiotas que se encuentra uno en Internet y rótulos con faltas de ortografía sólo posibles gracias a los altos grados de desnutrición de nuestra población. Su escusa fue que «criticaba a desconocidos no a amigos», para mí que sólo pajas, pero en fin; creo que uno no debe ser un mierda con sus amigos, más si son esos cerotes que siempre le hacen huevos a uno, pisados, todos somos bien mierdas pero qué putas.
Para terminar con ésta cosa que fue escrita durante un momento completamente pelaverguista de un lunes le recomiendo que vaya y le cuénte a sus amigos, familiares, novia, amante, chucho y demás que éste es un blog bien hijueputa y su autor aún más, que sólo va a aprender mañas y malas palabras vaya y pele mucho, que le doy permiso, le aseguro que se sentirá bien.