Se fue la luz (sin calzoncillo)

Un sábado X

Al salir, compartimos la misma sombrilla con mi amiga, llegamos a su carro, acordamos (en la medida de lo posible) ir al cine esa misma tarde. Volví a mi casa, más convencido de que nada ocurriría. Horas más tarde; ciertamente, nada ocurrió. Aunque finalmente fuimos juntos al cine, para mí, la salida transcurrió en solitario. La función terminó a eso de las 5:45 pm, salimos, caminamos, hablamos un poco acerca de nuestros amores no correspondidos y etcétera. Las pláticas no son tan fluidas o “amenas”; debe ser porque somos tímidos (yo soy tímido. Ella, desconfía de mí) Un sábado más que se iba, friísimo en muchos sentidos, friísimo como muchos otros días, friísimo como la mierda de hace dos días.

Un día X entre semana

Si ensuciar fuera un deporte de seguro ocuparíamos un lugar en el top 10 del ranking mundial. Hay inmundicia por todos lados, hasta lo lindo es inmundo en éste país, es parte fundamental del guatemalteco.

Al guatemalteco le gusta chingar la pita hasta hacerla mierda.

Cagarse en la oreja del pisadito de al lado, es un deporte tan popular o incluso más que el  fútbol. Pero todo está bien, no pasa nada, todo sigue chilero, media vez haya buenos culitos para irse de parranda, manosear nalgas y tetas, fumarse dos pitos y ponerse bien a verga; buitrear la calle, mear la esquina, eyacular algunas palomas porque al final de cuentas, el sexo sólo es bueno si es sucio ¿o no?.

¿Qué pasa entonces con las mujeres y hombres que sienten asco de todo?
¿Estarán condenados a tener mal sexo para siempre?
¿Serán a caso auténticos guatemaltecos?

Dos princesitas devoraban sus shucos  a las afueras de una “respetable institución educativa”. Era de noche y el tráfico una desgracia, volver a casa: la prioridad, —las respuestas a mis preguntas deberán esperar un poco más— me dije, mientras las ventanas de un “BM” regurgitaban tonadas del más sucio y multitudinario reggaetón. Siempre hay algo resaltable en los días grises y cada vez más fríos de por acá. Aunque la verdad es que, no hay nada bueno que hacer en la ciudad, todo es repetitivo, todo está de algún modo congelado, expuesto al fin del universo. Por eso siempre ayudan las caminatas, observar cómo se comportan las gentes en sus infinitas variantes es un excelente material para nutrir ideas. Aparte, ayuda a lidiar con el tedio y mejorar los ánimos antes de trabajar.

PS. 
Hoy no llovió, parece que "el invierno" ha llegado a su fin. Últimamente las lluvias son malas noticias en éste mi país-insulto, donde vivir no sólo duele, vivir también lastima. A ver que más depara nuestro falso-otoño guatebalateco. 

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