Guatemala multicultural: El estado fragmentado
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Guatemala es multicultural, multiétnica, multilingüe, en Guatemala conviven diferentes pueblos, razas y credos y cada uno es único. Palabras sepulcrales que nos están matando pienso yo. Hace ya tiempo que he venido escuchando diversas campañas de diversos gobiernos y entidades que enfatizan mucho eso de la multiculturalidad del país; cosa que no niego, más sin embargo, no apoyo el hecho de acentuar esas diferencias promoviendo una forma de pensamiento cismático en la sociedad guatemalteca. He de mencionar dos argumentos, dos ejemplos, sólidos en los cuales baso mi oposición al recalcar las diferencias culturales en Guatemala.
En primer lugar, como sabrán hace años existió un país llamado Yugoslavia, país formado por el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. Persistentes en afianzar su carácter multicultural, el nombre de la nación es reconocido en cada lengua y grafía, así pues nace un país multicultural, en donde la diferencia entre cada pueblo marcaba una identidad, una identidad que era propia de los serbios, una propias de los croatas y de los eslovenos, mas no propia de los yugoslavos. Esa fragmentación de la identidad nacional, provocó que a la postre, el estado finalmente llegara a un punto de intolerancia entre los pueblos lo que origino la conocida guerra de Yugoslavia donde nacieron nuevas repúblicas, nacimiento doloroso, lleno de sufrimiento y muerte. Actualmente lo que se conocía como Yugoslavia, no es más que una región geográfica, y los pueblos que una vez conformaron la nación tienen una discordancia perenne entre ellos por falta del mutuo entendimiento. Todo esto como consecuencia de acentuar la diferencia, de subrayar la diversidad étnica y cultural de un país que pudo haber sido grande.
En segundo lugar quiero mencionar a un país, que al igual que Guatemala y Yugoslavia, posee diferentes etnias, diferentes culturas, pero que lo supo manejar bien, gracias a la visión de algunos de sus dirigentes y al ánimo de convivir en armonía. Hablo de España, país que a pesar de haber sido golpeado durante el siglo XX por distintas revueltas segregacionistas, autoritarismo y corrupción logró ponerse en pié y avanzar firme, como una España, grande y libre. Esto pues refleja el porqué de su condición actual, como octava economía global, pujante miembro de la Unión Europea.
Ahora nace la pregunta ¿y a qué viene todo esto?, bueno simple y sencillamente, que al fomentar la separación de los pueblos, se crea en ellos intolerancia y rechazo entre los unos y los otros; de ese modo se pierde la comunicación y la cooperación mutua. Si bien no podemos negar que existen diferencias culturales en Guatemala, no es correcto afianzar el pensamiento separatista, de ese modo, solo creamos conflicto. Es mejor pues, crear un pensamiento único, donde la identidad del guatemalteco no se rija por el color de su piel, o por el idioma que habla, sino por haber nacido en este país bendito, y por formar parte de esta nación en totalidad y no solo de un grupo en específico.
En la unión esta la fuerza, si estamos juntos avanzamos y podemos mover montañas, pero si cada quien se va por su lado y por sus intereses se crea una estructura social endeble propensa a fallar, lo cual no es lo que queremos como guatemaltecos.
Por eso, no apoyemos la segregación, el tratar de hacer más acentuada la multiculturalidad es un engaño que a la larga solo trae desgracia a una sociedad. Por eso, seamos firmes y digamos: ¡Somos guatemaltecos, hijos de una paria, una sola Guatemala, grande y libre!