¿Por qué leer? (y escribir)



Sucede que hay días demasiado cargados de realidad. Odio esos días, mi alma se llena de tristeza inmovilizante. Llego a mi casa, me siento a comer algo desabrido y frío o reviento en llanto cuando ya es demasiado. La música ya no me ayuda a lidiar con la vida, la televisión y los videojuegos tampoco lo hicieron cuando fue su turno. La bruja de la vecina pasa toda la noche con la radio prendida. Imagino que debe ser igual de triste que yo pero a ella no le gusta escribir, o quizá sí escriba poemas para su madre muerta. Ahora es una vieja que solo se dedica a existir. ¿Qué se le puede pedir a la vida a los 56? me dice cada vez que la encuentro comprando víveres en la tienda. Tal vez Andrés Caicedo tenía razón al decir que vivir más de 25 años es una vergüenza, al final de cuentas, todos nos encontramos haciendo fila hacia la incertidumbre. Últimamente siento que mi vida se desperdicia, de viejo me lamentaré por haber pasado los mejores años de mi vida trabajando, ganando algo de dinero, etc. Un día tendré a la muerte de frente repitiéndome: La vida no es para trabajar, idiota.

Así que, por qué leer y escribir:
Porque no tengo otra forma de mantenerme a flote en este país, en esta vida (no, dios no me funciona a mí)
Porque así no subo fotos mías en tanga
Porque leer me abrió los ojos y me enseñó el poder de la palabra y del conocimiento (no fue la iglesia)
Porque aparte de la ciencia, es lo único que tiene sentido
Porque no hace falta un gran laboratorio
Porque cualquiera puede hacerlo
Porque encontré tiempos imaginarios a los que podía acceder en cualquier momento, aun desde el maldito trabajo
Porque leer y escribir en este país es un privilegio que tiene poca gente
Porque si es un camino equivocado, al menos lo voy a disfrutar
Porque escribir también es soñar y sin sueños no se puede vivir.

Publicado originalmente en
revista EsQuisses
Guatemala, C.A.

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