Vistazo al hipertexto

Detrás de todo texto, imagen, video y audio existe algo llamado HTML o HyperText Markup Language (Lenguaje de marcas de hipertexto); código sobre el cual se construye buena parte de lo que hoy se conoce y entiende como Internet.

Hubo varios escalones que nos condujeron hasta lo que hoy conocemos como hipertexto, lenguaje fundamental de la red. Desde la acuñación del término por Ted Nelson en 1965, hasta los experimentos literarios que se relacionan con la idea del proceso hipertextual como el Jardín de senderos que se bifurcan de Jorge Luis Borges o la famosísima novela Rayuela de Julio Cortázar. El ser humano es capaz de relacionar conceptos del mismo modo que en un hipertexto – o un sitio web –; es decir, no necesariamente de manera lineal. Por lo tanto, el pensamiento humano se logra de una manera hipertextual. Antes de la era informática, lo complicado radicaba en plasmar esa hipertextualidad en un formato lineal como lo es un libro, ya que este formato no permite jugar con la espacialidad de la información. La mente es como este gran hipertexto en el cual la información se encuentra ubicada en varios nodos y por medio de búsquedas relacionadas y vínculos se llega a lo que se busca. Me gusta pensar en la Internet como una extensión de nuestra mente. Imagínese las posibilidades y peligros de un futuro hiperconectado donde nuestra mente esté directa y permanentemente ligada a la red sin dispositivos de por medio.

Desde la perspectiva de la informática, no fue sino hasta 1989, cuando Tim Berners-Lee, un científico británico en el CERN «inventó» la world wide web o red informática mundial (www). La red fue originalmente concebida y desarrollada para compartir información automáticamente entre científicos en universidades e institutos alrededor del mundo. El primer sitio web en el CERN – y en el mundo – fue dedicado al proyecto de la world wide web en sí mismo y fue alojado en la computadora NeXT de Berners-Lee. El sitio describía características básicas de la red, cómo acceder a documentos de otras personas y cómo configurar un servidor propio. La máquina NeXT – el servidor web original – aún se encuentra en el CERN. El 30 de abril de 1993, el CERN hizo de dominio público el software de la world wide web y estableció que el siguiente lanzamiento estuviera disponible bajo una licencia libre, como una manera más segura de maximizar su diseminación. A través de acciones como permitir el libre acceso al software requerido para configurar un servidor web, junto con un explorador básico y una librería de código, la red estaba lista para florecer.

La red, tal y como la conocemos hoy día, ha permitido un flujo de comunicación global a una escala sin precedentes en la historia humana. En definitiva, es la consecución de una de las mayores ambiciones de la humanidad: desde la antigua Mongolia, pasando por la Biblioteca de Alejandría o la mismísima Enciclopedia de Rousseau y Diderot; el ser humano siempre ha tratado de recopilar en un mismo tiempo y lugar todo el saber acumulado desde sus inicios hasta ese momento. El hipertexto ha hecho posible ese sueño.

Fuente: CERN y Wikipedia

Publicado originalmente en
revista EsQuisses
Guatemala, C.A.


Ilustración: Ligia Gómez

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